El término sostenibilidad indudablemente está de moda, y por eso, suele ser mal conceptualizado y peormente entendido. En un artículo anterior ya hablé del tema, pero ahora quiero volver ilustrativamente sobre el término. Leo en un artículo del profesor Enric Carrera algunas claves para entender la sostenibilidad en sus dimensiones más complejas, y mejor aún si podemos practicarla en esta época del año tan cargada de consumo innecesario.
Muchos de nosotros hemos crecido con la idea de que la pirámide de alimentos se compone de cuatro grupos bien específicos: cereales, frutas y verduras, lácteos y carnes, aceites y grasas. Esta pirámide, elaborada por el Departamento de Agricultura de USA el año 1956, podríamos decir que quedó en el pasado, luego de que se descubrieran las ventajas de las fibras, los altos niveles de colesterol y grasas que tienen los lácteos y la carne y la prevención de muchas enfermedades que se puede hacer llevando una dieta de nutrientes vegetales, que aportan tanto calcio y proteínas como los lácteos o las carnes.
No es extraño escuchar comentarios acerca de la falencia nutricional de la dieta veg(etari)ana: que carece de calcio y minerales, que las proteínas animales son irreemplazables, etc. Estos mitos -como tantos otros- nacen de la desinformación generalizada de las personas omnívoras, que confían ciegamente en las verdades de una ciencia médica especista. En este artículo, algunos consejos y tips para hacer de tu menú veg(etari)ano una completa fuente de nutrición y sabor.
Ayer 10/12, se celebraron en diversas ciudades del mundo, ceremonias y manifestaciones reivindicativas por los derechos animales. Barcelona, Madrid, Valencia, Sao Paulo, Rio de Janeiro, Belo Horizonte, Porto Alegre, Florianópolis, Fortaleza, Salvador, Curitiba, Brasilia, entre otras, fueron escenario de emotivas conmemoraciones para resaltar la crueldad del especismo y llamar a una conversión cultural y administrativo-legal. Sin embargo, un hecho mucho más importante (mediáticamente) opacó nuestro llamado: la muerte del ex dictador de Chile Augusto Pinochet, en la clínica donde se encontraba grave hace una semana.
Para el “naturalismo ecológico”, la consideración moral se extiende a las totalidades naturales, porque ellas son tanto o más reales que la simple suma de individuos u organismos vivos que la componen. En ella, la tensión entre la parte y el todo es resuelta dando la relevancia moral a las especies y ecosistemas, como sistemas de relaciones y comunicaciones entre organismos individuales.
Siguiendo con el resumen de tendencias en ética medio ambiental, el biocentrismo pretende considerar moralmente relevantes no sólo a los humanos, sino a toda la naturaleza, la que compartiría con el ser humano la especial característica de “estar viva”. De ahí que el biocentrismo sea una ética centrada en la vida de todo organismo individual, donde cada quien tiende a su realización, a su desarrollo y florecimiento.
Toda la problemática medioambiental que vivimos hoy en día es fruto de la acción del hombre en el mundo, y obviamente, de la idea de naturaleza que esté a la base de esta acción. El hombre, como único animal racional, debe pensar las acciones que está llevando a cabo, la crisis medio ambiental y energética a la que está sometiendo al planeta, y pensar también cómo deberá actuar en el futuro.
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