10/12: Día Internacional de los Derechos Animales
Por FabiolaAyer 10/12, se celebraron en diversas ciudades del mundo, ceremonias y manifestaciones reivindicativas por los derechos animales. Barcelona, Madrid, Valencia, Sao Paulo, Rio de Janeiro, Belo Horizonte, Porto Alegre, Florianópolis, Fortaleza, Salvador, Curitiba, Brasilia, entre otras, fueron escenario de emotivas conmemoraciones para resaltar la crueldad del especismo y llamar a una conversión cultural y administrativo-legal. Sin embargo, un hecho mucho más importante (mediáticamente) opacó nuestro llamado: la muerte del ex dictador de Chile Augusto Pinochet, en la clínica donde se encontraba grave hace una semana.
Murió Pinochet y se fue sin ser sentenciado nunca por las múltiples causas legales que lo acusaban y que fundamentalmente son violaciones a los derechos humanos bajo su régimen y enriquecimiento ilícito. Murió en el día en que se conmemoraba la declaración de los derechos humanos, y que nosotros tomamos como marco para reivindicar los derechos de los animales. Deja en Chile una huella de división, pero también con su muerte se comienza a cerrar un capítulo que hace años comenzó a escribirse con la transición a la democracia, y que hoy esperanzadamente sentimos muchos que miramos adelante con la fresca memoria del pasado.
Hablamos de paz, hablamos de "nunca más", pero generalmente este llamado se hace desde el especismo: "que nunca más las personas sufran", "convivencia y tolerancia con el adversario político"... pero esa paz, ese deseo de convivencia y armonía, ese "nunca más" no debiera ser sólo un llamado a la humanidad para la humanidad.
En el panorama actual del mundo es pan de cada día la violación sistemática a los derechos establecidos, las desapariciones y muertes, el genocidio y el exterminio. Todo es raíz de lo mismo: etnocentrismo, xenofobia. Negamos derechos a un grupo que es diferente ("negros", "mujeres", "inmigrantes", "países del tercer mundo", "musulmanes", "judíos", "asiáticos") porque creemos que no tienen dignidad, que no son como nosotros. Y en virtud de eso, los usamos como objetos: violamos a las mujeres, robamos sus bienes, les quitamos cualquier despojo de humanidad (les encerramos en cárceles, les negamos la identidad rapándoles la cabeza o vistiéndoles con uniformes), les prohibimos que se reúnan, los marcamos como diferentes...
Esta xenofobia, este etnocentrismo, tiene la misma base del especismo: negar a los diferentes un espacio vital. Criamos animales para matarlos y comerlos, les sacamos el pellejo para vestir con lujo, los separamos de su hábitat para encerrarlos en laboratorios, circos o zoos, los hacemos pelear para que nos divierta su sangre derramada, los vendemos en el mercado negro para ganar mucho dinero, los echamos a la calle cuando nos molestan, los matamos porque no sirven...
Si clamamos por los derechos humanos, si nos duele la violación sistemática de la vida que es diferente: seamos capaces de ver todas las atrocidades que les estamos haciendo a un gran conglomerado de seres peludos, con alas, con cuernos, con escamas:
Millones de animales son apaleados, gaseados, electrocutados, torturados y asesinados cada día. Entre todos podemos hacer visible el fin de esta injusticia. Los animales nos necesitan unidos, necesitan que entre todos y todas nuestra fuerza, y nuestra voz sea cada vez mayor, y que juntos algún día pongamos fin a esta masacre. (Equanimal)
Porque si Pinochet no respondió por sus muertos, nosotros si que podemos cambiar nuestra praxis para no cargar con otras vidas que también valen.
Fuente: Ecosofia.org. Fuente imagenes: Animanaturalis, Libera!, Commons Wikimedia.