Derechos Animales
En todos los noticiarios podemos ver con horror las imágenes de la caza de focas de Canadá, que este año y con aquiescencia del gobierno los cazadores abatirán hasta 330.000 animales, focas harpa jóvenes cuya piel es preciada en la industria textil, y cuyos subproductos Canadá exporta a todo el mundo. Las focas son una mina de oro y su caza, disfrazada de "control ecológico" por los argumentos oficiales.
El caso es monstruoso, como lo puede ser la matanza de perros y gatos para pieles y consumo de su carne en China, como el escandaloso caso del artista "Habacuc", que ató un perro y lo dejó morir de hambre en su intervención artística en un museo caribeño. Casos aberrantes que, por su misma espectacularidad, opacan la masacre diaria que viven miles de animales en mataderos, laboratorios de investigación, granjas y otros centros de tortura y exterminio en todo el mundo.
No porque existan casos de extrema crueldad, tenemos que olvidar la masacre sistemática y diaria que por nuestra culpa sufren otros animales, seres sintientes capaces de sentir dolor y de tener interés en preservar su vida, la de sus crías, la de su clan. EN ESTA CULPA RADICA NUESTRA RESPONSABILIDAD, y darnos cuenta de ella es un primer paso para terminar con la tortura de estas vidas miserables. Y esta es una invitación para avanzar en ese camino de la justicia entre especies.
Fuente imagen: The Sun.
A raíz del baby boom que me rodea hace ya bastante tiempo, quiero integrarlos en un ejercicio de pensamiento -que es precisamente, en lo que siempre pienso cuando me llega la noticia de algún feliz parto... Pensar en todas las madres que dan a luz y alimentan a sus pequeños hijitos lactantes. Ese acto tan íntimo, tan lleno de vida, una entrega total de nutrición, de amor, ese lazo invisible que une inexorablemente a una madre con su hijo es un privilegio que no muchas madres pueden vivir. Pienso en la vaca recién parida a la que arrebatan su ternerito de días para transformarle en "carne de ternera" y vender la leche -que es por naturaleza de ese frágil ternerito recién nacido- para consumo del ser humano. Pienso también en el cerdito lactante que le arrebatan a su madre para ser transformado en una pieza de carne de "lechón" o "lechal" (nombre que precisamente deriva de que es un crío en etapa de amamantamiento). Pienso en los gatitos o perros de una camada no deseada, destetados tempranamente para ser abandonados (o ahogados, o muertos, o tirados a la basura). Pienso en el pequeño neonato de la oveja karakul, degollado para obtener el preciado "astracán" de su piel o en la cría de gorila arrebatada de los brazos de su madre que murió con una bala en la frente... y mientras más ejemplos pienso, la espiral de muerte, violencia y especismo es cada vez más nauseabunda.
Una mecánica realmente retorcida existe detrás de todo este tinglado de la explotación animal. Cito uno de los fragmentos quizás más dolorosos que al respecto he leído en mi vida:
Se acerca nuevamente la celebración mundial del "Dia Sin Carne" (20 de marzo). Este año, para reflexionar sobre lo que la carne produce en el medio ambiente, reviso algunos datos sacados a la luz por el profesor de Ecología de la Universidad de Cornell, David Pimentel, quien entre sus numerosas publicaciones cuenta con el libro Producción de ganado: inputs de energía y el medio ambiente. De aquí extraigo ocho hechos sobre la producción industrial de carne y su relación con el medio ambiente en EE.UU, cuyo modelo se está replicando y aplicando en muchos países del mundo. A pesar de ello, si pensamos y aplicamos estos hechos localmente, podrían cambiar los números, pero el fenómeno sería exactamente el mismo... veamos:
Desde el año 2000, la Humane Society de los Estados Unidos ha hecho estudios de la crueldad hacia los animales para recopilar información y tomar un diagnóstico de la situación. Un informe del año 2003 basado en el análisis de 1.373 casos de crueldad hacia los animales reportó que unas 1.682 personas estaban involucradas en los hechos. De todos los casos reportados, un 57% eran daños causados intencionalmente a los animales, mientras que un 43% eran casos extremos de negligencia (descuido). El reporte incluye casos de peleas animales (de perros y de gallos, principalmente) y síndrome de Diógenes.
En una gran victoria jurisprudencial a favor de los animales, un jurado de Greenbrier (EE.UU) emitió 19 acusaciones de crueldad con los animales en contra de tres empleados de la granja factoría Pavos Aviagen. Once de las acusaciones son por cargos de delito grave. Esto marca un hito en la batalla legislativa por los derechos animales en EE.UU, porque los empleados han sido acusados de un delito grave por abusar de las aves en sus instalaciones.
En octubre de 2009, todo el mundo, a título personal o colectivo podrá unirse y participar de la I Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia. Un movimiento ciudadano sin precedentes, que se manifestará para dejar claro a las autoridades y tomadores de decisiones que no queremos resolución armada de conflictos, que basta ya de violencia entre los humanos. Pero también nos haremos presentes los animalistas, porque también ya basta de la violencia y tortura hacia los animales, porque sembrar violencia sólo engendra más odio y destrucción. Si te representan estas máximas ¡únete al movimiento y marcha por la paz!
Traduzco la noticia aparecida en Gulfnews, y me doy cuenta que definitivamente el ser humano no aprende ni evoluciona: los palestinos sufriendo a manos de los israelíes, y los animales sufriendo en manos de unos y otros. Veamos los hechos: "El Zoológico de Gaza huele a muerte. Pero el guarda Emad Qasim Jameel no parece reaccionar ante el hedor mientras camina en torno a los animales muertos..." (Más noticias sobre animales en Gaza)
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