27 Oct 2006

Imágenes del Activismo: la revolución biológica

Por Fabiola

 Para seguir fortaleciendo el pensamiento y la crítica del activismo medioambiental y animalista, hoy quiero compartir con ustedes la reflexión sobre la revolución biológica, de la que nos habla el filósofo catalán Norbert Bilbeny en su libro "Filosofía y Destrucción" (Eds. 62, Barcelona, 1981).

Es evidente que nuestra sociedad sufre crisis y quiebres que vienen de lo más profundo del ser humano: su identidad. Cuando la sociedad capitalista y el orden mundial existente dividen al hombre en diferentes funciones, el hombre pasa a ser un número y una estadística. En palabras del autor, el hombre:

Es un sujeto jurídico en tanto en objeto político y económico. El hombre es un voto que se calcula y una fuerza de trabajo que se alquila... el hombre puede ser un sujeto económico, pero sólo en tanto que consumidor de él mismo, él mismo como objeto de consumo ("hágase un chequeo", ''aprenda inglés'', ''hágalo usted mismo'', ''conozca las Bahamas'', ''actualice sus conocimientos''...)

El hombre en la sociedad actual está determinado por la economía y la técnica que -como tecnologías y como biotecnologías- le da nuevas formas a su quehacer como consumidor. Frente a este nuevo rol del hombre que -nuevamente- lo mimetiza con el resto y que lo convierte en otro producto masivo, la revolución biológica es una rebelión por la diferencia:

...reivindica el derecho a la vida, a su cuerpo, a su sexo, el color de su piel, su edad, su etnia... Es el feminismo, la tercera edad, los homosexuales, las minorías étnicas, los naturistas. Son todos aquellos que los marginadores llaman ''marginados''.

La demanda ecológica y de los derechos animales van un paso más allá de esta revolución biológica: nacen de ella y toman impulso para transformarse en unas demandas más audaces, porque no se limitan a reivindicar derechos de un conglomerado humano (los pobres, los inmigrantes, las mujeres o los discapacitados), sino que trasciende la especie humana para reivindicar unas demandas ético políticas para otras especies animales (en particular) y para las especies vegetales, bióticas y biosféricas (en general). En palabras de Bilbeny:

el derecho de todo aquello que es vivo a disfrutar de las máximas condiciones naturales para su pervivencia y reproducción.

Trabajar por la ampliación de la consideración moral de los animales y el medio ambiente es pensar en lo biológico de los seres, en la comunidad biótica como un todo, y en la humanidad como parte integrante de un ecosistema que, actualmente, está en peligro por la propia acción humana. Reivindicar los derechos de los animales y de la naturaleza es trascender lo propiamente humano para dar importancia a la existencia de otras realidades extra-humanas (los animales y la naturaleza o medio ambiente) como valores por los que debemos velar, y por los que vale la pena luchar.

Fuente: ''Filosofía i Destrucció''. Fuente imágen: Wikimedia Commons.