Entre un gran despliegue de medios internacionales, hoy hemos conocido una de las mejores noticias para finalizar el 2009: los diputados del parlamento catalán (Cataluña, España) han aceptado someter a votación parlamentaria la prohibición por ley de las corridas de toros en esta comunidad española. La moción, redactada e impulsada por la plataforma "Prou!" ("Basta!" en catalán) fue presentada al parlamento bajo de la forma de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), por la que cualquier grupo ciudadano puede presentar temas de interés común para ser discutidos en el parlamento, apoyados por las firmas de al menos 50.000 ciudadanos. Luego de su examen, el proyecto se vota y, de ser el caso, es convertido en ley.

Para el caso puntual de la ILP promovida por Prou!, busca modificar la Ley de Protección Animal vigente, que condena cualquier forma de maltrato y humillación hacia los animales pero deja a los toros en la total indefensión, declarando que las corridas de toros por ser espectáculos tradicionales, quedan fuera del ámbito de dicha ley.

Después de arduos meses de trabajo y una intensa recogida de firmas a pie de calle, se presentaron 186.000 firmas en apoyo del fin de la tortura. Y hoy, el parlamento votó a favor por 67 votos contra 59 y 5 abstenciones.

Los días previos a la votación, el ambiente estaba permeado de una discusión totalmente impresentable: que si la iniciativa era una maniobra política del nacionalismo catalán, que si la españolidad y la cultura, que prohibir por motivos morales la "fiesta nacional" es un "liberticidio" para los aficionados a las corridas de toros, entre otras joyas de la dialéctica.

Por favor, seamos razonables y un poquito menos etnocéntricos: la libertad de uno termina cuando se pasa a llevar la libertad de otro: al toro nadie le pregunta si quiere morir torturado en la plaza; y el asunto NO es "quien no quiera ir a los toros que no vaya" porque estamos hablando de un entretenimiento que involucra maltrato, tortura y muerte, hablamos de un animal inocente que es torturado, desangrado y destrozado en vida, de una víctima de las tradiciones que no ha consentido para participar en este espectáculo.

Ya está bueno de hipocresías: es un hecho científico que el toro, como cualquier mamífero vertebrado, cuenta con un sistema nervioso que lo hace sentir dolor. Es impresentable que veterinarios con intereses económicos en la tortura de los toros, y que políticos demagógicos afirmen públicamente que esta moción sólo pretende coartar la libertad de los ciudadanos: el hombre no es el único habitante en el mundo, y en esta situación debe aprender a convivir y respetar a otros seres vivos.

Esperemos que, dentro de tres o cuatro meses, el Parlamento catalán vote en consciencia a favor de la dignidad de todos los animales, no sólo del derecho a divertirse del animal humano.

Aqui les dejo un especial fantástico, preparado por Quinspebrots, con el debate completo en el parlamento catalán y la repercusión en prensa de este debate (en español y en catalán).

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Fuente imagen: Gabriel Tizón