7 Ago 2009

Murió Jordi Sabater Pi, pionero de la primatología y la etología

Por Fabiola

Hoy he despertado con una triste noticia: el fallecimiento en Barcelona del primatólogo español Jordi Sabater Pi a sus 87 años. Un científico eminente, autodidacta, un hombre riguroso que amó a África y a los primates. Falleció un hombre que trabajó duramente en la conservación, pionero de la etología y que apoyó al Proyecto Gran Simio. Sobre la maltratada África reflexionaba: "Los occidentales la tratan sin generosidad, cuando tendrían que ir allí y besar la tierra".

Jordi Sabater fue un hombre sencillo, rigurosísimo estudioso y uno de los últimos naturalistas de la "vieja escuela": sus bocetos y dibujos de personas, paisajes, flora y fauna de África suman más de 2.000 trabajos. En una entrevista en prensa, su hijo Oriol subraya una frase de su padre, decidora de su capacidad de observación y conservación: "Si observas, conoces; si conoces, amas, y si amas, proteges".

Comenzó su acercamiento a África en Guinea, a los 17 años de edad, donde trabajó en una finca agrícola. Allí conoció la cultura local, aprendió la lengua fang y realizó su primer trabajo científico retratando los tatuajes de los locales. A los 36 años, sin estudios universitarios, pero si con una gran cultura y una pasión científica insuperable, comienza a trabajar en el centro de fauna Ikunde. Allí observa a los chimpancés y hace su primer gran aporte a la zoología: la cultura no es exclusiva de los humanos. En sus estudios observacionales ve a los chimpancés utilizando herramientas y transmitiendo sus conocimientos de generación en generación.

Con 40 años llegó a la universidad y acabó siendo catedrático emérito. Trabajó en Ruanda con Diane Fossey, una de las tres "damas de los primates" estudiando a los gorilas de montaña, siempre dedicado también a retratarlos en papel. A los 44 años tiene un encuentro que lo marcó el resto de su vida: en Guinea, un hombre se acerca al centro Ikunde con la cría de una gorila muerta en la selva metido en un saco. El gorila, albino de nacimiento, fue rescatado y protegido en el centro y posteriormente trasladado al zoo de Barcelona: era "Copito de Nieve", que viviría el resto de su vida confinado en el zoológico. Sabater nunca más pudo deshacerse del estigma de haber rescatado a Copito de Nieve, labor que realizó pues naturalmente la situación en que llegó al centro hacía imposible optar por dejarlo ir... sin embargo, "Copito de Nieve" opacó el resto de descubrimientos que hizo en el campo de la ciencia (como el descubrimiento de la Rana Goliath) y sus diversos aportes científicos y metodológicos a la ciencia etológica.

A los 65 años obtuvo la cátedra de Psicobiología en la UB, y a los 67 años estudiaba a los bonobos en Zaire. De los primates, escribía en su diario: "Su enorme corpulencia y rasgos humanoides emergiendo, silenciosos y ajenos a mi presencia entre la espesa floresta, dejaron en mí una huella indeleble".

Apasionado de la naturaleza, fue un trabajador incansable por la conservación, y reposó los últimos años enseñando en la facultad de Psicología de la U. de Barcelona. Murió entre algunos de sus bocetos (donó su colección casi íntegra a la U. de Barcelona) y muchos recuerdos personales y familiares que evocaban su amada África. Gracias a su trabajo, podemos seguir afirmando el lugar del hombre en la naturaleza: somos primates, no somos diferentes de los animales porque también somos animales.

Si quieres ver más dibujos de Jordi Sabater, puedes ver una exposición electrónica en este enlace.

Fuentes: El País, El Periódico de Catalunya. Fuente imágenes: Nau Ivanow, El Cervell Social, Colección Sabater Pi de la U. de Barcelona.