11 Abr 2006

El "Proyecto Gran Simio"

Por Fabiola
Los grandes primates (chimpancés, orangutanes, bonobos y gorilas) son muy similares a los humanos: son seres vivos sensible y emocionalmente desarrollados. Viven en grupos de referencia -clanes o familias- que conforman un espacio de sociabilidad, comunicación y educación entre sus diferentes componentes. Además son inteligentes y pueden resolver problemas complejos, mediante el uso de herramientas. Las costumbres son transmitidas por otros miembros del clan y pueden formar culturas territorialmente diferenciadas: por ejemplo, los gorilas de montaña tienen diferentes costumbres que los gorilas de las tierras bajas. Éstas y otras observaciones han sido constatadas por científicos -etólogos, biólogos, psicólogos, entre otros- y discutidas sus implicancias filosófico-jurídicas. De esta contrastación de ideas nace en 1993 el Proyecto Gran Simio, que busca la promoción moral y la protección jurídica de tres derechos fundamentales para los grandes simios: el derecho a la vida, la protección de la libertad individual y la prohibición de la tortura. La idea, iniciada por filósofos y científicos de la talla de Peter Singer, Jane Goodall o Richard Dawkins busca reconocer nuestra cercanía genética y morfológica con los grandes simios, lo que nos hace cercanos más allá del bien y del mal. En palabras de Adriaan Kortlandt -colaborador del proyecto-:
En mayo de 1960 había tenido la suerte de ser el primer ser humano que observó a los chimpancés de cerca en su ambiente natural. No eran las criaturas sucias y neuróticas que había conocido en zoológicos y laboratorios. Viviendo en libertad, estas criaturas, despiertas y animadas, aunque inseguras e indecisas, mostraban interés por todo lo que fuera desacostumbrado o notable: desde una hermosa puesta de sol hasta un trozo de alambre espinoso... Además se engañan los unos a los otros, violan a las hembras, practican una política de poder, matan y se comen ocasionalmente a un congénere, y hacen la guerra a los grupos extraños. Se los ha visto incluso (en una ocasión observada en cautividad) castrar a un jefe tirano... No eran animales, ni tampoco humanos, sino almas misteriosas con piel de animal.
La más importante consecuencia de reconocer esta cercanía genética y morfológica será derivar de ella unas ciertas obligaciones éticas con los grandes simios. De ahí que el proyecto exige la consiguiente protección jurídica que salve a los grandes simios de la extinción, el tráfico de especies, la cautividad en circos, zoológicos y laboratorios, etc.

Derechos de los Grandes Simios

Las ideas del Proyecto Gran Simio se compilan en un libro, que es una colección de artículos científicos y filosóficos argumentando sobre lo ficticia que es la enorme distancia que tomamos de los grandes simios; y cómo ésta no nos da derecho a tratarles con la crueldad con que se hace habitualmente. El libro propone una declaración con los siguientes tres derechos:
  • 1. Derecho a la vida
  • 2. Derecho a vivir en libertad en su hábitat, y no encerrados en jaulas
  • 3. Derecho a que no se experimente con ellos ni se les maltrate
Además, el Proyecto Gran Simio es una ONG que busca promover la idea de nuestra cercanía con los grandes simios, a través de la promoción y defensa activa de los derechos mencionados. De este modo, la incautación de ejemplares capturados para el tráfico de animales, su rehabilitación y posterior reintroducción en hábitats naturales protegidos; en paralelo con la educación de las comunidades que viven en contacto con los simios, es una de las grandes tareas y desafíos que el proyecto vivencia día a día para proteger y promover nuestra cercanía con los grandes simios:
Un atardecer en las colinas de Gombe (Tanzania) ha quedado en lo hondo de mi memoria como semilla de transformación. Buscando un breve respiro a los meses de incesante seguimiento de los chimpancés, me tomé uno de los escasos días libres y trepé por una de las empinadas lomas que ascienden hasta las escarpaduras de la elevada falla que demarca el límite oriental del parque. Estaba sentado en la cresta de una cortadura herbosa y contemplaba la puesta de sol, espectacular y sin embargo común, sobre las plateadas aguas del lago Tanganika, envuelto en una soledad y un silencio maravillosos, cuando pude advertir que dos chimpancés machos adultos trepaban hacia mí por opuestas vertientes. Sólo se vieron uno al otro al coronar la cresta, a escasos metros de donde yo estaba sentado bajo un árbol. Al descubrirse, se irguieron repentinamente y avanzaron en ágil marcha bípeda, a través de la hierba que les llegaba a la cintura, hasta que se detuvieron uno junto al otro, cara a cara. Ambos extendieron la mano derecha para estrechar la del otro y sacudirla vigorosamente mientras jadeaban levemente y se hacían inclinaciones de cabeza. Unos instantes después se sentaron allí cerca, y los tres contemplamos cómo la puesta de sol envolvía el parque. En aquel atardecer singular, pude ver a mi especie dentro de la piel de otra.
Más información Proyecto Gran Simio, El País. Fuente fotografías: AP Photo/Schalk van Zuydam, Ecosofia.org

ACTUALIZADO 25 abril 2006

En este enlace se puede ver una nota de TV1 sobre la propuesta. Incluye una entrevista al primatólogo español Jordi Sabater i Pi.