Una de las grandes preguntas para el gobierno del recién investido presidente Barack Obama, allende la economía y la política exterior de los EE.UU, es el tema del medio ambiente y el cambio climático. Estados Unidos es el responsable del 22% de las emisiones de CO2 en el mundo, y desde Bush ha existido una firme negativa a adherir a cualquier convenio encaminado disminuir las emisiones tóxicas a la atmósfera. Obama se enfrenta a un reto particular, y todo indica que al menos existe la voluntad de trabajar cooperativamente con el resto del mundo. Al final, todo es cosa de números y economía.

En el discurso inaugural de su gobierno, el nuevo presidente mencionó como prioritarios la lucha contra el cambio climático y el desarrollo y fomento del uso de energías renovables. Todo indica que la política energética de EE.UU abordará un despliegue de medios tecnológicos y económicos para fomentar la independencia del petróleo, lo que:

"El estado de la economía requiere una acción audaz y rápida, y nosotros actuaremos - no sólo a crear nuevos puestos de trabajo, sino para sentar una nueva base para el crecimiento. Vamos a construir las carreteras y puentes, redes eléctricas y las líneas digitales que alimentan nuestro comercio y nos unen. Vamos a restaurar a la ciencia el lugar que le corresponde, y ejercer las maravillas de la tecnología para elevar la calidad de la atención de la salud y disminuir su costo. Vamos a aprovechar el sol y el viento y la tierra para alimentar nuestros coches y nuestras fábricas." (Discurso inaugural)

En el programa de gobierno, el plan "Nueva Energía para América" incluye, entre otras medidas:

• Ayudar a crear 5 millones de nuevos empleos, invirtiendo estratégicamente 150 billones de dólares en los próximos 10 años para catalizar los esfuerzos privados para construir energía limpia.
• Dentro de 10 años, ahorrar más petróleo del que se importa actualmente desde Medio Oriente y Venezuela, juntos.
• Poner en circulación 1 millón de autos híbridos (que den más de 150 millas por galón) al año 2015, que podrían ser fabricados también en EE.UU.
• Asegurar que el 10% de la electricidad proviene de fuentes renovables al 2012, y un 25% al 2025.
• Implementar una economía de límites máximos y un programa de comercio que reduzca la emisión de gases de efecto invernadero en un 80% al 2050.

Según Plenty Magazine, Obama busca revertir la política anti-medio ambiente de Bush, revirtiendo una serie de medidas incorrectas, como la exención de restricciones a la minería, la exención de las granjas factorías de las regulaciones por emisiones de CO2 o el relajo en la fiscalización del Acta de Especies en Peligro de Extinción (Endangered Species Act).

De momento, el nuevo mandatario cuenta con el apoyo de diversas organizaciones ambientalistas y de personajes claves de la ciencia, la técnica y el ambientalismo norteamericano, quienes ya le han hecho sugerencias para priorizar su política energético-ambiental,  muchas de las cuales ya recoge su agenda programática.

Esperemos que Obama cumpla éticamente con este cometido, aunque es evidente el hecho que "lo verde vende" y bajo este lema, quizás EEUU nos termine vendiendo aire limpio, agua vitaminizada y energías renovables limpias, en un futuro no muy lejano.

De todas maneras, buena suerte y tenga consideración, Pdte. Obama. Y por cierto: no se olvide de los animales no humanos, que su palabra puede cambiar con mucho la situación que actualmente padecen en manos de la industria.

Si quieres conocer más detalles de su plan de gobierno en otros ítemes (derechos civiles, política exterior, ética,  mujeres, pobreza...) mira la Agenda Programática de la Casa Blanca.

Actualización: pide al secretario del Interior de Obama que actúe a favor de los osos polares, principales víctimas de la dependencia del petróleo, cuya situación fue agravada por la política energética de George Bush. Firma la petición en este enlace.

Fuentes: Green Yahoo, Yale Environment, White House Agenda.