Las Fiestas Patrias para el pueblo chileno coinciden con la llegada de la primavera... lamentablemente, junto con las flores aparecen también las tradiciones crueles de todos los años: circos con animales y rodeos con que se divierten unos pocos a costa del sufrimiento de muchos.

Los circos con animales y los rodeos son tradiciones crueles que no respetan en lo más mínimo el bienestar ni los intereses de los animales no humanos. No se puede sostener bajo ningún punto de vista que ambas "tradiciones populares" no maltraten ni signifiquen daño y menoscabo para los animales.

Hay que ser muy ciego y tozudo también para no percibir el sufrimiento y el stress de un vacuno perseguido y acorralado, empujado, apretado y lesionado por los caballos del huaso (jinete), animales que son apiñados y azuzados violentamente para entrar a la medialuna (ruedo o arena), y que si bien no sufren heridas externas, obviamente que sí son magullados en cada atajada o "quincha".

Chile tiene muchas tradiciones hermosas y sin crueldad, verdaderos deportes y entretenimientos que sí son disfrutados por todos sus participantes. Creo que es justo reivindicar esa parte no violenta de nuestra cultura y de nuestra tradición, que sí respeta a sus componentes. Competencias de palo ensebado, de rayuela o tejo, de palín o chueca, carreras de ensacados, juegos de bolitas (canicas), de trompo o emboque, de volantines (cometas), de payas o poesía cantada, de cueca y bailes tradicionales son ejemplos de tradiciones rescatables, respetables, no violentas y más acordes con una nueva consideración de los animales no humanos.

Fotos: Christian Grunert, Caballo y Rodeo.