Me sumo a las preocupaciones de tanta gente española que se encuentra alarmada por la petición de derechos para los animales planteada por el Proyecto Gran Simio, y que esta semana fue presentada como proyecto no de ley al Congreso español por el diputado de Los Verdes Francisco Garrido Peña. La nomenclatura filosófico-jurídica derechos para los animales suena extraña en nuestra institucionalidad y en nuestra cultura. Por ello quiero profundizar en el tema Derechos Animales y Derechos Humanos para que podamos entender que pedir derechos para los animales no es degradante, ni inmoral, ni mucho menos daña la institucionalidad política.
A muchos nos ha pasado alguna vez: encontrar un gatito pequeño abandonado, o una camada de gatitos que "amablemente" alguna persona sin criterio deja en la puerta de nuestra casa, en la calle o dentro de una bolsa para que otro se apiade de ellos. ¿Qué hacer en esos casos? Las soluciones dignas y humanitarias a esa situación son dos: buscar una madre gata sustituta -que esté amamantando a sus cachorros- o hacer uno mismo de madre sustituta. Es posible criar a una camada de gatitos sin madre y con biberón. Sólo hace falta dotarse de algunos elementos básicos, paciencia y tiempo. Aquí doy algunos consejos para desempeñarse correctamente en este rol de madre sustituta, ¡que es una hermosa y gratificante experiencia!
NOTA: cualquier síntoma extraño que tengan los gatitos y que acá no sea descrito debe ser visto por un veterinario. En esta página no damos consejos de salud, sino de mantención y alimentación de los pequeños cachorros. Nosotros NO SOMOS VETERINARIOS.
Otro hallazgo notable que no puedo dejar pasar: un canal de TV online sobre temas medioambientales: green tv (así: en minúsculas). En sus videos podemos ver desde los problemas de abastecimiento de agua en algunas poblaciones africanas o asiáticas, las plataformas de energía eólica, o los santuarios para orangutanes de Indonesia...
No puedo dejar de pasar la oportunidad para darles a conocer, mujeres (y/o curiosos) un innovador producto que encontré en mis andanzas por la web: una alternativa sana, limpia y ecológica a las compresas y tampones menstruales desechables que, para mi sentir personal, son sólo un mal necesario de nuestra época. Un pañal desechable, por ejemplo, tarda unos 400-500 años en biodegradarse naturalmente. Una compresa, unos 200-300 años. Como no se pueden crear montañas de estos residuos, su eliminación se hace a través de la incineración, método contaminante que además gasta energía y genera residuos inutilizables.
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