La bicicleta y el indudable aporte que hace a nuestra salud corporal, espiritual y social, es un vehículo que va en aumento en muchas ciudades del mundo, que proveen de más y mejores ciclovías para los ciudadanos responsables con el medio ambiente, promueven el uso público mediante el alquiler de bicicletas comunitarias dentro de la ciudad, etc. En una época de crisis y de cambios de mentalidad como la que vivimos, sin duda decantarse por la bicicleta es una de las mejores opciones que -junto al vegetarianismo- podemos tomar a favor de nuestra salud y la del medio ambiente.
Hoy quiero destacar una iniciativa fenomenal, llevada a cabo por un grupo de compatriotas chilenos y de la que es miembro destacado uno de los fieles lectores de Ecosofía: la iniciativa Recicleta, que busca recuperar bicicletas para devolverlas a la calle.
El Día de la Tierra es una efeméride que se celebra cada 22 de abril 
Anoche fuimos a ver "¿Cómo entrenar a tu dragón?", la última entrega de la factoría Dreamworks. Y aparte de encontrarme con una tribu de vikingos muy brutos y un dragón-gatuno totalmente adorable y encantador (en la foto), me sorprendió esta pieza animada que muestra cómo el temor y el desconocimiento generan odio, dando una lección de empatía y respeto hacia los seres diferentes de los humanos.
Chile ha vivido un terremoto más fuerte que el que destruyó Haití el pasado 13 de enero: el sábado 27 de febrero a las 3:36 hora chilena, un sismo de 8,8 grados Richter, con
epicentro 92 KM al norte de Concepción, en el límite con la Región del
Maule. Posterior al terremoto, la costa de la VII y VIII regiones fue sacudida por varios tsunamis y subidas del nivel de agua, que no fueron avisados por las autoridades, por lo que el drama es aún mayor: pueblos completos han desaparecido con la retirada de las olas, y la destrucción crea un panorama desolador allá donde los ojos miren.
El censo se ha realizado y se estima la existencia de unos 700 mil animales víctimas del terremoto. Uno de los casos emblemáticos que ha recorrido el mundo es el de los leones abandonados por el Circo Montini en Iloca, balneario que fue arrasado por un tsunami después del terremoto. Los dueños del circo huyeron al cerro con los animales más livianos, dejando en el más completo abandono a cuatro leones, cada uno en su jaula, chapoteando en el agua, el barro y las inclemencias del tiempo. Una leona habría sido sacrificada por medio de baleo debido a las pésimas condiciones en que se encontraba. La información fue dada a conocer por una radio local en horas de la mañana.
