La única opción que tenemos para no empeorar el efecto invernadero y reducir las emisiones de CO2 al medio ambiente es ahorrar el consumo energético. La estrategia para el ciudadano común se podría reducir a cuatro palabras: reduce, apaga, recicla y camina. Aqui, algunas ideas clave para iniciar un movimiento de cambio desde nuestra propia vida diaria.

REDUCIR

Reducir el consumo energético es una de las maneras más simples de disminuir las emisiones de CO2; además de ayudarte a reducir el costo de la factura eléctrica a fin de mes. Por ejemplo, ahorrar en calefacción (del ambiente, del agua), en iluminación o en la cocina con estrategias simples: regular la temperatura de los calentadores (no más de 18-19 grados de temperatura ambiente, 60 grados para el calentador de agua), usar aislación en los intersticios de puertas y ventanas (o cambiar el vidrio simple por vidrio doble), poner la tapa a las ollas y sartenes mientras cocinas o apagar la cocina antes de tiempo para aprovechar el calor residual en la cocción de los alimentos; son medidas pequeñas pero muy importantes en el resultado final: una reducción de 1º de temperatura puede aminorar en costo de la factura entre un 5-10% y evitar hasta 300 kg de emisiones de CO2 por año!

APAGAR

¡Apaga los electrodomésticos que no estés usando! No lo dejes en stand-by (modo apagado con la luz roja encendida): consume casi la misma energía que si el aparato se encontrara en pleno funcionamiento. Apaga los electrodomésticos desde el botón principal, y también desconecta cargadores y enchufes que no estés ocupando. Corta el agua del caño mientras lavas la loza, y apaga el calefactor de casa cuando no hay nadie en ella. Pásate a las bombillas (ampolletas) incandescentes a las de bajo consumo: son más caras, pero en el consumo final de energía puedes ahorrar ¡hasta un 50%!

RECICLAR

Separa la basura de acuerdo a los planes de reciclaje de tu ciudad. No te cuesta mucho llevar el vidrio, el metal o el papel y separarlos debidamente para su reciclaje. Evita crear más basura: compra en el mercado productos de estación y de la zona (que no vengan envasados ni en bandejas de plástico), recicla tus bolsas de plástico para que no te lleves una con cada compra que hagas, o mejor aún: lleva tus propias bolsas (de fibra) para hacer la compra. Recicla los desechos orgánicos para su reutilización, pues su almacenamiento es responsable de hasta un 3% de las emisiones de gas invernadero.

CAMINAR

Camina más y usa menos tu coche. Usa la bicicleta, recurre al transporte público o comparte tu coche con los vecinos o compañeros de trabajo o estudios. Evita desplazarte por tramos cortos con tu coche, y sobre todo, si cambias tu coche, ten presente el consumo de combustible: un coche que consume 5 litros por 100 kilómetros puede ahorrar 750 kg. de emisiones de CO2 al año. Permanece atento también al nivel de aire de los neumáticos: si es inferior a 0,5 bar, el coche usa el 2,5% más de combustible para superar la resistencia y por lo tanto emite un 2,5% más de CO2 al ambiente. No abuses del aire acondicionado dentro del coche y trata de usar lubricantes para el motor de baja viscosidad.

Fuente: Comisión Medio Ambiente UE. Fuente imágenes: Mortimer, |David|, Thom Watson.