Este fin de semana vimos The Age of Stupid. El protagonista de la película es un solitario "archivista" en el año 2055, que custodia una gran biblioteca en el polo norte. La biblioteca contiene los restos de la cultura humana.

Durante la película, el archivista revisa en retrospectiva la evidencia que existía a comienzos del siglo XXI sobre el cambio climático que se avecinaba, y se lamenta de que no hicimos nada para evitar una catástrofe más que anunciada.

La película describe el final de la edad del petróleo, el período comprendido entre el 1900 y el 2100. Durante este período (o antes), la humanidad utilizará todas las reservas de combustibles fósiles de la tierra. El control de estas reservas seguirá siendo un aspecto de conflicto central y causando guerras. En la foto el anterior presidente de la Reserva Federal de EEUU reconoce "lo que todo el mundo sabe: que la guerra en Irak es en gran medida sobre el petróleo".

Debido a las emisiones de gases de efecto invernadero producto de la quema de combustibles fósiles, la tierra está experimentando lo que experto en política energética Jeremy Rifkin llama "cambio climático en tiempo real": un aumento progresivo de la temperatura, que hace que la tierra sea menos habitable por los humanos y otras especies. En la película, se presentan varias perspectivas sobre el cambio climático: la de un sobreviviente del huracán Katrina, la de un guía de montaña en Francia que ha sido testigo de la disminución de los glaciares, la de un empresario que intenta instalar turbinas de energía eólica, la de una estudiante nigeriana que habla sobre el impacto de Shell en su país, entre otras.

El escenario que describe la película es una proyección basada en la evidencia científica actual. La magnitud del aumento de la temperatura dependerá de qué tan pronto actuemos, y una vez que actuemos, de qué tanto invirtamos en ello. En función de cuánto aumente la temperatura, puede ser que los humanos nos extingamos o que nos falte la comida y el agua y nuestra población se vea diezmada.

A través de imágenes documentales, animaciones, y las intervenciones del archivista que da un hilo conductor a la película, se presentan con claridad las distintas problemáticas de la dependencia del petróleo y las posibles soluciones.

También hay otros aspectos destacables: la directora es la misma del McLibelo y el presupuesto total de £450.000 se reunió usando un esquema de crowdfunding, mediante aportes de más de 200 personas. Bajo este esquema, el director puede retener el control editorial sobre la obra, sin que hayan presiones de patrocinantes o grandes productoras, y la gente que aporta dinero a la película puede recuperar su donación en caso de que se produzcan ganancias.

La película es muy recomendable, si te gustó Una verdad inconveniente, esta película te gustará todavía más.

Sitio y trailer de la película: http://www.ageofstupid.net/

Sitio de acción por el cambio climático: http://www.notstupid.org/