2 Mayo 2007

Los animales no son inventos: ¡a detener las patentes!

Por Fabiola

OncomouseLas patentes, que por más de 200 años en EE.UU han dado derechos a los inventores para gozar de los beneficios de su invento, se abren hoy a un "nuevo rubro de la técnica": los animales no humanos. Cerdos, gatos, perros, conejos, ratas, chimpancés y macacos son nuevos "materiales" para la experimentación, con los que las empresas de biotecnología buscan conseguir pingües ganancias.


 

Animales como "tema de Patentable"

Hasta el año 1980, la Oficina de Patentes de EE.UU (USPTO) había prohibido patentar organismos vivos, pues eran considerados "productos de la naturaleza" y no inventos, de modo que no eran patentables. Todo cambió cuando el Tribunal Supremo de EE.UU falló a favor de una apelación que negaba la patente de una bacteria "come aceite". El tribunal dispuso que:

"la distinción relevante no está entre seres vivos e inanimados, sino entre seres vivos y seres vivos fabricados por humanos."

En éstos últimos, sería posible aplicar las patentes. Algunos años más adelante, después de decidir que las ostras genéticamente modificadas podrían ser "tema patentable", el USPTO anunció que:

"desde ahora se consideran patentables los organismos vivos no naturales, no humanos y multicelulares, incluyendo a los animales".

Es así como en 1998 la U. de Harvard patentó el oncorratón (oncomouse), un ratón genéticamente modificado para desarrollar cáncer similar al cáncer humano. Poco después, el oncorratón fue patentado en Europa y Japón.

Hoy, más de 660 patentes de animales se han adjudicado sólo en EE.UU. Entre ellas:

  • ratas y ranas genéticamente modificadas para investigar los efectos del "gas nervio" -un arma química- en los laboratorios del ejército de EE.UU,
  • caballos y ratones a los que se les han implantado hígado y timo de un feto humano de aproximadamente 24 semanas de gestación,
  • ratas cuyos cerebros fueron inyectados con sales de aluminio inductoras de la enfermedad de Alzheimer, para investigar dicha enfermedad,
  • conejos que sirven para evaluar los efectos terapéuticos sobre los daños epiteliales córneos (patente de Biochemical y Pharmacological Laboratories, Inc. - Tondabayashi, Japón),
  • perros beagle inmunodeprimidos, con pulmones tendientes a desarrollar aspergillosis pulmonar (U. de Texas),
  • gatos con las grandes arterias cardíacas alteradas, usados para el ensayo y experimentación de la cirugía cardíaca,
  • chimpancés modificados para la diferenciación hematopoiética de células madre (Surrogen, Inc. Vancouver, Canadá),
  • macacos infectados con sida,
  • ratones quiméricos (con células de otras especies animales) inmunológicamente deprimidos y con células fetales humanas -para el desarrollo de anticuerpos humanos- (U. de Leland Stanford (Palo Alto, CA),
  • cerdos genéticamente modificados para que sufran infartos al miocardio, fallos cardíacos y ataques.

BeagleEl 54% de estos animales son patentados como "modelos de enfermedades" y el 46% restante son patentados para "otros usos": biorreactores, investigaciones de drogas e "investigación indiferenciada". El 30% de los animales requieren genes humanos en su cuerpo (quiméricos). El 18% de los animales no están modificados genéticamente pero si son envenenados, enfermados y modificados quirúrgicamente; el 94% de los animales son animales "de sangre caliente" y de éstos, 32 animales requieren partes del cuerpo humano en su cuerpo y otras 12 patentes corresponden a perros. 1/3 de las patentes otorgadas en EE.UU pertenecen a entidades extranjeras.

Ya que las patentes disminuyen la competencia, las universidades, agencias estatales y corporaciones que han patentado animales tienen un incentivo financiero significativo para promover el uso de animales patentados en la investigación biomédica y las pruebas con animales, y obviamente, desincentivar el desarrollo y el uso de métodos que no usen animales. La disponibilidad de las patentes animales también incentiva la inversión de las compañías que esperan recompensas futuras de esta "próspera industria".

Macaco en laboratorioLas patentes animales representan una seria amenaza a los esfuerzos de reducir el sufrimiento del animal causado por la experimentación y al que muchas organizaciones están dedicando sus esfuerzos. El sufrimiento del animal es inherente a estas patentes, porque la mayoría de ellas implica directamente dañar o el alterar su naturaleza para la investigación, el testeo y la experimentación. Permitiendo este tipo de patentes -denuncia la AAVS (American Antivivisection Society):

"el USPTO está proporcionando a entidades privadas, el terreno para desarrollar y explotar invenciones moralmente polémicas sin ningún análisis de las implicaciones ético políticas de tales decisiones".

Los países que tienen prohibido el patentado de animales son Belarus, Brasil, China, Dinamarca, India, Irlanda, Holanda, Noruega, Filipinas, Rusia y Tailandia. Por su parte, Inglaterra, Australia, Japón y la Unión Europea ya han patentado animales. En el caso de la UE, las patentes deben demostrar el beneficio directo a la sociedad así como el balance entre los beneficios y el sufrimiento de los animales... ¿pero, hacia dónde se inclinará la balanza si es que se prometen un mínimo de beneficios?

La reflexión va por el otro lado, con unas consideraciones de mucho mayor envergadura: los animales son mucho más que la suma de sus partes. Ellos no son objetos inanimados, sino seres complejos que tienen emociones y conciencia de sí mismos. Con todo, las patentes no sólo se refieren al proceso mediante el cual el animal es manipulado, sino también a los animales en sí mismos como resultados de esa manipulación. Las patentes de animales son sufrimiento actual del animal, así como los quizás cuáles nuevos sufrimientos y dolores que ellos puedan tolerar para -seguir siendo- explotados, violados y violentados en su integridad. La facilidad para obtener estas patentes fue diseñada para poder patentar cualquier manipulación imaginable de un animal. En virtud de esto, los experimentadores no tienen nada que perder y si, mucho que ganar.

Esta situación, al menos, debiera preocuparnos en sus implicaciones morales...

Fuente información e imágenes: Stop Animal Patents (de la American Antivivisection Society).