Basura electrónica: toxicidad e injusticia planetaria
Por FabiolaComo si no tuvieramos ya suficientes fuentes contaminantes, ese computador (ordenador) donde estás leyendo estas líneas también puede convertirse en una amenaza tóxica. Más de nueve sustancias tóxicas, como el plomo, cromo, cobalto y mercurio; son parte del ensamble de tu ordenador. Además, la basura electrónica (desechos de calculadoras, ordenadores, laptops, móviles (celulares), etc.) está creando serios problemas de toxicidad en China e India, lugares a los que se envían para su desguace.
Cerca del 70% de los metales pesados que contaminan los vertederos y basureros públicos provienen de aparatos electrónicos que las personas desechan inadecuadamente. El mercurio y el cobalto, por ejemplo, son tóxicos por inhalación, por contacto y por ingestión; y el cromo es tóxico por inhalación e ingestión. Todos estos compuestos químicos forman parte de los ordenadores y aparatos electrónicos que usamos a diario, y por supuesto que se transforman en un serio problema medioambiental cuando son botados directamente a un basurero sin intentar recuperar esas componentes primero.
Actualmente, los más grandes "cementerios electrónicos" se encuentran en las costas de China e India. Allí, trabajadores (hombres, mujeres y niños) laboran a diario reciclando los metales que se puedan reusar, extrayendo el cobre de las bobinas de los monitores CRT, el oro de algunos contactos eléctricos y separando lo usable de lo no utilizable -sin ninguna medida de seguridad- por un sueldo de $USD 1,50 al día.
Los países desarrollados y los países en vías de desarrollo desechan miles de toneladas de basura electrónica cada año. Según la Enviromental Protection Agency (EPA) en 1999:
"24 millones de computadoras en Estados Unidos (sus habitantes compran más computadoras que ninguna otra nación) se volvieron "obsoletas. Sólo 14% (3.3 millones) fueron recicladas o donadas. El resto, más de 20 millones de estos aparatos, fueron desechadas, incineradas, embarcadas como exportaciones de desechos o temporalmente almacenadas".
Por su parte, un programa piloto de la EPA para recolectar basura electrónica en San José, California, "calculaba que era 10 veces más barato embarcar monitores a China que reciclarlos en Estados Unidos" (informe "Exporting harm: The high-tech trashing of Asia", elaborado por la Basel Action Network, BAN; y la Silicon Valley Toxics Coalition, SVTC, 2002).
Greenpeace se ha preocupado de este problema, y anuncia en su sitio mexicano que el fabricante de computadores DELL eliminará los compuestos tóxicos de sus equipos de aquí al 2009. Por su parte, otros gigantes de la electrónica (como Hewlett Packard, LGE, Nokia, Samsung, Sony y Sony Ericsson) también se comprometieron a eliminar algunos químicos peligrosos a futuro. Motorola es una de las compañías que ha fallado, ya que se comprometió a retirar ciertos tóxicos y luego amplió el plazo fijado por ella misma. Las empresas que aún no se comprometen son Acer, Apple, Fujitsu-Siemens, IBM, Lenovo, Panasonic, Siemens y Toshiba.
Por ahora como podemos ver, una parte del problema comienza a solucionarse: los fabricantes eliminarán la mayoría de los componentes tóxicos, pero el desecho, la reutilización y reciclaje de los aparatos electrónicos sigue siendo una tarea pendiente. Una de las posibles soluciones sería que los fabricantes y la industria electrónica se hagan responsables por el desecho de sus aparatos al final de su vida útil, para lo que deberían sustentarse planes de recogida y reciclaje de los aparatos, evitando de este modo su proliferación en el medio ambiente.
La raíz del problema
Sin embargo, y a mi modo de ver, queda pendiente la tarea más grande y más difícil de todas: que las personas consuman con moderación y sobriedad. Porque lo que realmente importa (que nos estamos llenando de basura chatarra por un consumo indiscriminado y casi "adolescente") genera situaciones tremendamente injustas social y ecológicamente: desechamos y escondemos la basura "en el patio trasero del mundo" donde no se vea, provocando tremendos problemas de contaminación y perpetuando prácticas abusadoras e injustas contra los trabajadores de zonas económicamente deprimidas.
Esta es la verdadera razón de ser de la ecología: la justicia social y la justicia interspecífica como objetivos de la acción. El consumo desmedido de la sociedad occidental, sumado a la ineficiencia de los organismos competentes para reciclar y reutilizar todo tipo de desechos, es una combinación letal para nuestro planeta y para nosotros mismos.
Fuentes: Greenpeace México, BBC Mundo, Agency for Toxic Sustances & Disease Registry (en castellano), Portal del Medioambiente. Fuente imágenes: Greenpeace International.