28 Nov 2013

Gatos, perros y la llegada del primer hijo: ¿qué hacer para que se lleven bien?

Por Fabiola

Mientras no existe un bebé en la familia, la pareja suele pasar mucho tiempo con sus perros y/o gatos, brindarles su tiempo, su cariño y sus cuidados. Pero la llegada de los niños es un gran acontecimiento para los padres y también para los animales, que pueden tener conductas problemáticas si los padres no saben cómo introducir al bebé en el mundo familiar sin excluirlos a ellos. Siempre es responsabilidad de los humanos presentar correctamente al recién llegado, y aquí te damos algunos tips y consejos para vivenciar armoniosamente esta nueva etapa de la vida en familia "inter-especie".

Los perros y/o gatos con los que convivimos pueden demostrarse ansiosos, rechazados o celosos con la llegada de un nuevo miembro a la familia. Es deber de los padres el saber presentarlos y comportarse de manera que la llegada del nuevo niño sea un placer para ellos y para los animales; pues lejos de ser éstos un riesgo para los bebés, pueden transformarse en grandes amigos y compañeros, beneficiándose mutuamente de una relación rica y estrecha; siempre y cuando los padres manejen algunos sencillos trucos y estrategias.

Antes de la llegada del bebé

Los preparativos para recibir al nuevo miembro de la familia deben comenzar siempre unos meses antes del parto, para que el perro/gato no asocie los cambios con la llegada del bebé.

  • Siempre es bueno acostumbrar al perro/gato a pasar menos tiempo con la futura madre, ya que tras el nacimiento ésta dedicará mucho tiempo al bebé. De esta manera, el perro/gato deberá pasar al cuidado de otra persona de la familia (el padre por ejemplo) para que siga sintiéndose querido y cuidado; y no excluido o disminuido en sus atenciones.
  • Invitar a casa a amistades que tengan niños pequeños o bebés, para que los animalitos se acostumbren a su trato y presencia.
  • Permitir que el perro/gato entre en contacto con los nuevos muebles y objetos del bebé, para que se familiarice con ellos y los considere parte de su hábitat. Dejar que se restrieguen en los muebles, acariciarles y hablarles apaciblemente cuando estén entre sus cosas.
  • Sin embargo, si han decidido que la habitación del bebé será una zona restringida, es bueno tomar la siguiente precaución: colocar -varias semanas antes del parto- barreras y protecciones que no le permitan al perro/gato entrar a la habitación, pero que si puedan ver y escuchar lo que sucede dentro. Esto será bueno para que el animalito reconozca un límite sin sentirse aislado de la familia.
  • Hablarle al perro o gato sobre cosas relacionadas con el bebé (se puede usar también un muñeco en forma de bebé para que nuestro perro/gato nos vea en contacto con él, hacerle cosas, cambiarlo de pañales, etc.), e incluirlo en las rutinas diarias, repitiéndole a menudo el nombre que tendrá el/la bebé.
  • Acostumbrar al animalito a los ruidos propios de los bebés: con grabaciones de llantos de bebé, con la música de sus juguetes, etc. Al mismo tiempo, se le puede premiar con golosinas o jugar con ellos para que asocie estos ruidos con experiencias buenas, no desagradables ni exclusoras.
  • De la misma manera, habituar al gato/perro con los olores nuevos del bebé: colonias, lociones, talco, etc. usándolos nosotros mismos o en el muñeco anteriormente mencionado.
  • Si el gato o perro está empecinado en dormir o saltar sobre la cuna y muebles del bebé, podremos poner cinta adhesiva de dos bandas sobre los muebles, así entenderán el mensaje de que no pueden estar allí.
  • Al momento del parto, siempre es recomendable que el perro/gato quede con alguien de confianza a su cuidado.

Con la llegada del bebé


  • Lo más importante al llegar a casa con el bebé es dejar que el animalito se acerque a conocerlo, no forzar nosotros la presentación ni el encuentro. Dejarlo acercarse, olfatear y mirar al bebé, hablándole apaciblemente y nombrando al bebé para que él sepa que esa persona ya está en casa. Debemos dejarlo curiosear el tiempo que quiera sin asustarlo; también podemos premiarlo con golosinas para que asocie al bebé con cosas buenas y no con experiencias desagradables.
  • Una vez dormido el bebé, siempre es bueno pasar un tiempito con nuestro perro/gato, así sean 5 minutos, para que no se sienta desplazado ni celoso.
  • En los tensos momentos de llanto infantil, es bueno tranquilizar al perro/gato, acariciándolo para aliviar la agitación de este nuevo acontecimiento en la vida familiar.
  • Se deben seguir las rutinas de siempre con los gatos y perros: pasear, jugar, para que no asocie las ausencias de juego o placer a la llegada del niño. Si los paseos caninos diarios ya no pueden ser tan largos, se debe tomar la providencia de acortarlos antes del parto, para evitar la asociación de la llegada del bebé con experiencias desagradables. 

Y algo muy importante: así como hemos enseñado a nuestro perro o gato a comportarse debidamente con el bebé, cuando éste comienza a gatear debemos presentarle debidamente al perro o gato y enseñarle algunos límites: que no debe dañarlo ni lastimarlo, que lo deje comer tranquilamente sin interrumpirlo, que no lo despierte bruscamente, que no le jale (tire) la cola o las orejas; y por supuesto: nunca dejar al bebé solo con nuestro perro/gato sin la supervisión de un adulto.

Esperamos que todos estos tips sirvan para que el perro o gato que los acompaña se transforme en un excelente amigo de vuestro nuevo hijo, y éste se forme y eduque también como una persona amistosa y respetuosa de los animales.

Fuente: Revista Bú-Bup (Fundación Altarriba). Fuente imágenes: El Mundo de los Gatos, Digiclass Rutgers University, Mil Gatos.